domingo, 21 de noviembre de 2010

Contagio y eutanasia de una palmera
















Hasta hace poco había tenido fe en que mi palmera no se contagiaría de la plaga, creyendo yo que sólo afectaba a las radicalmente rasuradas de tronco. Pero hace poco al ver ya moribunda a la de mi vecina, y contagiada a la del otro vecino, empecé a preocuparme, asesorándome del pesticida que se podía usar y poniéndome manos a la obra; pero ya era demasiado tarde.Al llegar el 19nov. ví una rama tierna del interior ya tronchada y no por la acción del viento que nunca afecta a esas ramas interiores. El bicho invasor ya había atacado .A veces había extraviado el pensamiento, sobre el cómo de grande estaría el árbol cuando yo esté en la otra orilla del mundo. Bueno pues las cosas son muchas veces imprevisibles y parece que el árbol morirá antes que yo.No he querido verla languidecer de agonía cayéndosele poco a poco las ramas, empezando por las del centro, y he tomado la determinación de aplicarle la eutanasia y convertir su tronco en un macetero elevado.No debía estar muy de acuerdo el árbol, tal vez no sabedor aún de su triste suerte y al ir a podar todas sus ramas me ha regalado con uno de sus habituales pinchazos , que esta vez al afectar una vena de la mano me ha producido un hinchazón instantáneo, recordándome otro que al sacrificar una pita me afectó a una arteria del pie y que me obligó a ir a urgencias.Será que las plantas sienten su sacrificio y atacan con lo que tienen.

Addendum de 15 de julio de 2011




Finalmente después de haber dejado pasar más de 6 meses he comprobado que la palmera estaba irremediablemente perdida y ayudado por mi amigo y su motosierra procedimos ayer, pero la sierra se atascaba con la pasta que al serrar se forma ,y al final solo nos quedaron dos trozos, más el tocón a guisa de mesa que dejaré allí.




Ya imaginé que sería asqueroso atacar el árbol agusanado, convertido en una especie de barro, esto al menos es fácil de sacar , no así el trozo de tronco no atacado, que a hachazos es muy arduo. Tras seccionar la palmera, el tronco caído pudimos mientras la máquina aguantó separarle la parte no contagiada, y ahora me quedará trocear esas dos partes. Acabamos molidos.